Descripción Olympus Infinity Mini / AF-1 Mini (1995)

Olympus Infinity Mini / AF-1 Mini (1995)

En cualquier momento y lugar

Al final de los ´80, la carrera por la calidad de los lentes en el segmento de las compactas había, más o menos, llegado tan lejos como era lógico. Dotar al lente de más definición, usualmente requería una fórmula más sofisticada, màs elementos, y un proceso de ensamblado más complejo. Lo cual, por supuesto, también hacía más difícil que fuese autofoco.

También se podían hacer más luminosos, siempre y cuando no importara incrementar exponencialmente su tamaño, peso y costo, e infligir una dura penalidad en la velocidad del autofoco.

El resultado serìa bastante similar a una Konica Hexar AF: Medio kilo de peso, apenas más pequeña que una telemétrica de tamaño regular, y horrorosamente cara.

Una delicia de usar, por cierto, y una notable pieza de ingeniería fotográfica. Pero si hay una definición de “Compacta Autofoco”, ésta no lo era.

Así, dictado por la tendencia de mercado y el sentido común, la carrera fue en el sentido contrario: Cámaras pequeñas, de bolsillo, que pudieran brindar resultados tan buenos como los de su competencia de tamaño normal.

Desde la seminal XA de Yoshihisa Maitani (luego convertida en una serie de 4 cámaras), pasando por la revolucionaria AF-1 “nurepika”, y finalizando con la serie Mju, pocos pueden presumir de semejante éxito en esta arena como Olympus.

Lo que tienen frente suyo hoy, no es más que la última iteración de este lúcido concepto: la cámara de “ir a todas partes”.

Este brillante diseño unía el mismo lente de la Mju 1 (un mundialmente renombrado 35mm f3.5 de tres elementos), y lo alojaba en un pequeño cuerpo a prueba de agua, al estilo de la famosa AF-1 “nurepika” (Si, tambìen contamos con ella). El resultado es una cámara discreta, de rápida respuesta, con un lente extremadamente definido, que puede ser llevada a cualquier parte, en cualquier momento.

Haber sido fabricada a mediados de los ´90 también la dota de algunas otras virtudes, como contar con un sofisticado sistema de autofoco, tener un modo de flash de relleno (Fill-In) controlado electrónicamente, y ser alimentada por baterías sencillas de obtener.

Esta bella cámara se siente como en su casa con la fotografía sorpresiva o de calle, y es lo suficientemente pequeña y liviana como para tomar residencia permanente en el bolsillo de una chaqueta, o anidar dentro de un morral de uso cotidiano. Es en climas duros, sin embargo, donde relucen sus mejores características. Lista para todo, desde un paseo bajo una romántica llovizna hasta una aventura tropical, decididamente no decepcionará.

• Lente: 35mm, f/3.5, 3 elementos en 3 grupos (Modelo de la Olympus Mju l)
• Distancia mínima de autofoco: 0.5m. Bloqueo de enfoque (Focus lock) disponible..
• Flash automático con función de relleno (Fill-in). GN 10.
• Ajuste automático de sensibilidad por código DX (ISO 50-3200). ISO 100 en cartuchos sin DX.
• 2 baterías AA de 1.5v  O  una batería CR123 de Litio de 3v (Recomendada para uso prolongado, o uso intensivo de flash)

Olympus Infinity Mini / AF-1 Mini (1995)

Anywhere, anytime

At the end of the 80’s, the race for superior lens quality in compact cameras had, more or less, gone as far as it logically could. A compact lens could be made sharper but, more often than not, that meant more sophisticated designs, with more elements and a more complicated assembly. Which, of course, was harder to make into an autofocus.

They could be made to be faster as well, as long as you do not mind exponentially increasing its size, weight, and cost, and inflicting a heavy penalty upon autofocus speed.

The result would be quite similar to a Konica Hexar AF: Half a kilogram in weight, barely smaller than a full size rangefinder, and dreadfully expensive.

A delightful camera to use, to be sure, and an outstanding piece of photographic engineering. But the definition of an “Autofocus Compact”, it was not.

So, as dictated by market trend and common sense, the race went the other way: Small, pocketable cameras that could reliably perform as well as their full-size competition.

From their seminal Yoshihisa Maitani´s XA (later becoming a 4-camera series), through the revolutionary AF-1 nurepika, and finishing with the MJU series, few can claim such a success in this arena as Olympus.

What you have before you today is nothing but the last iteration of this lucid concept: the “go everywhere” camera. This brilliant design married the exact same lens from Mju 1 (a world-renowned 3-element 35mm f3.5), and housed it on a small weatherproof body like the famous AF-1 nurepika (Yes, we have that one as well).The result is an unobtrusive, quick-responding camera, with a tack-sharp lens, that can be taken anywhere, anytime.

Having been made in the mid-90`s also comports a few other virtues, such as counting with a rather sophisticated autofocus system, having an electronically controlled Fill-In flash function, and being powered by readily available batteries.

This camera feels quite at home with candid, street photography, and is small and light enough to take permanent residence into a jacket pocket, or nest in a satchel for everyday use. It is on hard weather, however, when its better characteristics shine the most.

Either strolling under a romantic drizzle, or venturing out for a tropical adventure, it will most assuredly not disappoint.

• Lens: 35mm, f/3.5, 3 elements in 3 groups (Olympus Mju I model)
• Minimum autofocus distance: 0.5m. Focus lock available.
• Auto-flash with Fill-in function. GN 10.
• Automatic ISO setting with DX coded film (ISO 50-3200). ISO 100 for Non-DX film canisters.
• 2x 1.5v AA Batteries OR 1x CR123 3v Lithium battery (recommended for long-term or heavy flash use).