Descripción Canon AE-1 (1976)

Canon AE-1 (1976)

La necesidad es la madre del ingenio.

La década del 70 debió ser muy dura para los ingenieros de Canon.

Luego de diez años de duro trabajo, revelaron la maravillosa Canon F1 (versión original, 1971). Considerada por muchos una de sus más finas creaciones, es un ejemplo perfecto de una cámara sistema: grande, sólida, y pesada. Luego del triste antecedente de la Canonflex de 1959 (eclipsada sin remedio por la Nikon F),  Canon tenía finalmente una cámara con la que competir codo a codo con Nikon en el mercado profesional.

Sólo puede imaginarse su expresión cuando, en la bienal Photokina del año siguiente, Olympus, de la mano del genio Yoshihisa Maitani, revelaba la OM-1. 

El efecto de este lanzamiento fue sísmico, y el concepto de lo que debía ser una cámara cambió para siempre. Comenzaba así la era de las réflex pequeñas.

¡Pero Canon acababa de sacar al mercado la  F1 y una cámara profesional (la FTb) el año anterior! Simplemente no había espacio en su línea de productos para un cuerpo que les robara ventas a modelos ya lanzados. A menos que… 

Y así sucedió: En vez de lanzar un cuerpo que pudiera competir contra su propia FTb (lanzada en 1971, y por consiguiente, todavía en fabricación), apostaron por crear una cámara económica, ligera y simple de usar, para un mercado sumamente dinámico: los aficionados. Ese fue el comienzo de la Serie A de réflex ligeras, con la AE-1 (1976) como primer modelo. 

A fin de reducir drásticamente su costo, tamaño y peso, Canon se vió obligado a tomar dos decisiones salomónicas, que cambiarían la industria para siempre: La primera, realizar el cuerpo casi íntegramente en ABS, por un proceso de inyección. La segunda, dotarla de un sistema de obturación electromecánico, gobernado por un microprocesador.

El cuerpo era razonablemente sólido para un uso no profesional, y el sistema de obturación, sumamente confiable. Además, el control electrónico permitía una precisión en la velocidad de obturación simplemente inalcanzable por medios mecánicos. Sin embargo, esto también hacía a la cámara completamente dependiente de la batería, algo muy poco común hasta entonces. 

Pero por un largo tiempo los profesionales se mostraron muy reticentes a aceptar este cambio. Todo lo contrario sucedió con los aficionados, que valoraban mucho contar con la función de exposición automática por prioridad a la obturación (una novedad en ese entonces). El éxito fue tal, que se vendieron más de cinco millones y medio de ellas.

Tuvo también mucho éxito entre los fotógrafos de eventos gracias al Speedlight 155 (su flash dedicado), con el que podía exponerse de forma completamente automática. Es a partir de esta cámara que el uso de sofisticados sistemas de compensación de exposición con flash se transformarán en uno de los aspectos más competitivos de este fabricante. 

Con todo, ha sido una de las más exitosas apuestas de la marca, y es aún una preferida de viajeros, fotógrafos de calle, retratistas, y estudiantes de fotografía. Testamento de su éxito es que al día de hoy, con tantas cámaras sorprendentes y maravillosas en su haber, sea aún el modelo más conocido de la marca. 

Pero hay algo de justicia en ello. Después de todo, los ingenieros de Canon merecían ganar alguna vez.

• Montura: Canon FD
• Exposición Manual, o por Prioridad Obturación. Vel. de Obt. 2-1/1000seg
• Fotómetro TTL de celda de silicio, medición ponderada central.
• Ajuste manual de sensibilidad (25-3200iso)
• Alimentación: 1x 4LR44 (6v, alcalina) o 4x LR44 (1.5v, alcalinas). No obtura sin batería.